Conoce todos los detalles del yate más icónico de la Copa América Descubre la historia y todas las características del velero que desafío las olas y compitió contra los mejores de su época en la America's Cup.
El Endeavour fue uno de los yates de clase J más emblemáticos de la historia de la Copa América. Lo diseñó el arquitecto naval británico Charles Nicholson y fue construido en el año 1934 por Camper & Nicholsons para el aviador británico Thomas Sopwith.
El próposito de su creación fue para desafiar a Estados Unidos en la Copa de ese mismo año y se enfrentó contra el Rainbow, el defensor estadounidense.
El Endeavour presentó una superioridad en las competiciones previas, pero no consiguió ganar la copa debido a problemas con la tripulación y decisiones tácticas. Aún así, fue considerado uno de los mejores diseños de la época.
El diseño de este barco era completamente innovador, contenía un aparejo Marconi, con velas aerodinámicas que permitían una mayor velocidad, una orza retráctil que mejoraba el rendimiento en condiciones difíciles de viento y mar.
El casco del barco estaba construido en acero con remaches de bronce. Además de ser bello también combinaba la estabilidad junto con la velocidad.
El barco que debutó en la America's Cup en el año 1934, mostró una superioridad tanto técnica como táctica hacía su rival, Rainbow. Sin embargo, no lograron conseguir la copa debido a una inesperada huelga de la tripulación. Aún así, lograron un honorable segundo puesto y un antes y un después en la vela de competición.
Tras unos años de gloria, el Endeavour vivió décadas de abandono y deterioro. Se perdió y se hundió, pero logro ser recuperado, remolcado y vendido por un precio muy bajo. Y cuando se creía que su historia ponía fin... Elizabeth Meyer, una entusiasta de la vela clásico, recuperó el casco deteriorado en el año 1984.
Elizabeth estuvo cinco años para restaurar completamente el barco. Y en el 1989, el Endeavour volvía a surcar los mares, completamente renovado.
Actualmente, el Endeavour es más que un yate; se convirtió en el símbolo de la edad dorada de la vela, el renacimiento de la clase J y la perseverancia frente a la adversidad.
